05 Vetas de agua

Caso #1

Me coloco en un punto donde puedo ver alrededor mío y pregunto, por ejemplo:

¿Dónde está la veta de agua menos profunda?

¿Donde está la veta de agua con un mínimo de 10 litros por segundo?

¿Dónde está la veta más grande 50 metros alrededor mío?…

Con una varita de “Rabo de Ratón” detecta desde hace 43 años, aproximadamente, la existencia de aguas subterráneas para la perforación de pozos. Ha dictado gran cantidad de cursos con la finalidad de dar a conocer su “secreto” y legarle algo útil a la humanidad.

El día que mi esposo Bruno decidió perforar un pozo de agua profundo en la hacienda y me dio una horqueta de Rabo de ratón, para luego indicarme que caminara en una determinada dirección, mi sorpresa fue grande al ver que la horquilla bajaba bruscamente en un lugar específico, tanto así que si no la suelto se quiebra en mis manos. Esto sólo podía indicar la presencia de vetas de agua subterránea y mi esposo, que lo aprendió de su padre, lo sabía. Esta afirmación la hace la señora Elisabeth Diederichs, una alemana nacida en la ciudad de Berlín en 1920 y con más de 43 años de residencia en la población carabobeña de Salom.

De esta forma, si se quiere primitiva, he buscado y localizado más de 1.000 puntos para perforar pozos profundos y con un 90% de efectividad han resultado en ríos subterráneos, no lagos subterráneos o niveles freáticos sino “ríos subterráneos”, porque el Radiestesista lo que percibe son radiaciones producidas por estas corrientes, las cuales por su lucha para encontrar camino en lo profundo de la tierra producen esta radiación por fricción. Esta sensitividad se puede desarrollar tanto, que se puede definir exactamente el ancho y la dirección de las vetas de agua. Y parece ser, hasta el momento, que el hombre es el “Instrumento más fino” que hay para determinar la existencia de los ríos subterráneos, porque él puede percibir las radiaciones, hasta profundidades de miles de metros, mientras que los instrumentos electrónicos más sofisticados no pueden medir bajo las rocas. En ocasiones puedo percibir esas radiaciones desde avionetas a 10 km de altura.

“En el año 1975, cursé estudios de radiestesia en Alemania, que me han permitido ser más sensitiva y poder captar hasta las radiaciones más finas y determinar el tamaño y la profundidad del caudal, además de la fuerza de la radiación (este trabajo es conocido como Raptomancia). Hoy en día ni siquiera tengo que caminar 50 metros porque la varita me indica a cuantos metros encuentro el agua”, refiere Elisabeth. En el presente, ya no utiliza la varita de “Rabo de ratón” porque esta debe ser fresca, razón por la cual ha sido sustituida por una varilla de metal. También lo puede hacer con un péndulo, ya que como ella misma dice “no es el instrumento sino la persona la que detecta la energía emanada por las vetas de agua”.

Hoy más que nunca se está trabajando en la radiestesia, que no es más que la sensibilidad para captar las radiaciones y vibraciones producidas por las corrientes de agua subterráneas o las vetas de metales radiactivos. Elisabeth ha orientado su trabajo en dos sentidos: Uno, buscando el agua y definiendo los puntos donde se debe perforar, y el otro es el denominado criobiología, que consiste en detectar las vetas de agua subterránea que producen radiaciones nocivas para la salud.

De cada diez personas, siete tienen problemas de salud y afirma con seguridad que en todas partes existen vetas de agua, aunque sean pequeñísimas, con vibraciones entre 0 y 10 hertz por segundo. Cuando dormimos -explica-, el cerebro está vibrando a 4 hertz, pero si hay una vibración de 10, por efecto de una veta subterránea, el organismo se recarga resultando nocivo para la salud.

La vida en la tierra, depende del equilibrio electromagnético entre las radiaciones positivas del Cosmos y las negativas de la tierra. Cuando este equilibrio es perturbado, por ejemplo, con radiaciones producidas por las corrientes de agua subterránea, vetas de metales radiactivos o fallas geológicas las cuales intervienen en dicho equilibrio y son nocivas, tanto para la salud del hombre, como la de animales y plantas, ya que ellos sufren un desorden, al estar situados por mucho tiempo bajo esta influencia.

Este campo de interferencia geopático, es considerado hoy como un posible factor de primer orden en todo desarrollo de enfermedades, especialmente las crónicas. También hay publicaciones que explican en forma dramática, como el hombre puede reducir en un 50% las posibilidades de contraer enfermedades y que éstas se tornen crónicas, si evita los «peligros que vienen del sub-suelo». Y es tan fácil evitarlo: cambiando el sitio de la cama, porque sepa usted que estas vetas, generalmente tienen una anchura que no sobrepasa los 40 ó 70 cm, según mis experiencias, así que con sólo rodar un poco su cama o escritorio se podrá librar de ellas.

Pero ¿Cuál es el lugar más indicado para colocarla?

Aprendiendo a manejar el péndulo podremos saberlo, nos dice la señora Elisabeth. Un simple anillo en un hilo puede servir, preguntando sobre la cama:

¿Es positivo o negativo para la salud? Una rotación en sentido de las agujas del reloj, es positivo y en contra del reloj es negativo. Si el péndulo no se mueve, no debemos desesperarnos, es sólo cuestión de tener la suficiente paciencia y concentración. Ya esto lo hacen en otros países como Alemania. Sin embargo, cuando yo empecé a difundir este conocimiento a través de los cursos y de mi libro “Radiestesia, salud y corrientes de agua subterráneas”, tuve ciertos problemas porque algunas personas se molestaron conmigo, incluso una de mis maestras de Alemania, porque eran secretos que no se debían revelar, pero yo consideré que ayudar a la humanidad a prevenir sus problemas de salud era mi misión en la vida. Por ello lo he estado haciendo desde que lo aprendí, de la misma manera que cuando conocí las flores de Bach me preocupé por investigar las flores de este país que pueden hacer el mismo efecto para no depender de las importaciones y, además, en este caso enseño a las personas para que ellas mismas aprendan a ubicar las esencias que necesitan.

A través de mis investigaciones he encontrado no sólo las flores equivalentes, sino que también he trabajado con otras especies no conocidas en la terapia de Bach. En mi libro “Flores para la curación”, realizado junto con la doctora Carmen Lee Torres, se enumeran las 60 flores que hemos estudiado, de las cuales 24 han sido investigadas por otras personas. Estamos hablando de flores por todos conocidas como son las flores de mango, lechosa, parchita, naranja, eucalipto, coqueta (muy buenas para la personas impacientes, rápidas de acción y pensamiento), de limón (excelentes para los muchachos que tienen dificultades de aprendizaje, debido a que estimulan el intelecto, promueven la concentración y la capacidad de memoria, hacen que las personas puedan motivarse para interpretar conceptos abstractos como las matemáticas), mientras que las flores de cayena, aguacate y auyama, descubiertas por Elisabeth, sirven para la estimulación sexual, pero no como afrodisíaco, sino como ayuda para poner a tono la sexualidad.

 Caso #2

La búsqueda de napas subterráneas se realiza a través de varillas y péndulos, además es necesario tener la sensibilidad necesaria para captar radiaciones extrasensoriales a través de la técnica de la radioestesia.

Las napas subterráneas, también llamadas napas freáticas son las aguas que se desplazan bajo la tierra y son de vital importancia, pues permiten la obtención del vital líquido a través de la instalación de un pozo y una bomba y así abastecer de agua a una casa, un predio o para regadío.

Lo que permite la detección de estos cursos de agua subterráneos, es el campo electromagnético que generan. Así lo explica Héctor Koller, quien durante 40 años se ha dedicado a detectar napas. «Las aguas bajo tierra friccionan sus moléculas por lo que generan una electricidad negativa y esa electricidad sube a la tierra». La energía eléctrica negativa se atrae con la electricidad positiva que genera el cuerpo al momento de utilizar el instrumento que permite detectar las aguas subterráneas. «El cuerpo es el que produce las energía positiva y a través de las varillas, que son de metal, uno detecta el campo electromagnético que está en la superficie de la tierra. Esto por que los polos opuestos se atraen» explica Juan Navarrete quien detecta napas hace 20 años, señalando también que se pueden usar varillas de madera verde como el sauce.

VARILLA

El medio por el cual se detectan las aguas subterráneas, es simplemente una varilla que cumple la función de un buscador que canaliza la energía negativa del cuerpo. «Uno va caminado, con los brazos extendidos y con la varilla en ristre (horizontal), entonces al topar con las energías negativas, la varilla baja por atracción magnética en forma vertical en el lugar que se detectó agua» explica el suizo Héctor Koller, quien utiliza una varilla fabricada por él mismo y que en alemán se llama «wünchelrute». Las varillas pueden variar en su forma. Existen unas en forma de horquilla o de V que al momento de localizar napas bajan y otras que son dos varillas que al momento de la detección se juntan. La correcta elección de este instrumento dependerá del gusto de quien realiza la labor de detección y de los factores climáticos, como el viento.

Los distintos sistemas empleados son decisión de quien realiza el trabajo.

Juan Navarrete además de la utilización de ambas varillas, según el caso, emplea plomadas (péndulos) de diversas formas y pesos. «Cuando se ubica una napa con la varilla, uno después la sigue con la plomada y cuando esta ubica otra napa que la cruza, la plomada hace movimientos circulares» indica Navarrete. La utilización de la plomada también sirve para detectar la profundidad de la napa. Se cuenta la cantidad de vueltas que da el péndulo con la plomada, sobre el terreno en que se detectó el caudal subterráneo. «Si da 10 vueltas son 10 metros… uno puede errar en 1 metro cuando son profundas, pero si da dos o tres vueltas, siempre son los 3 ó 4 metros» concluye el experto, enfatizando que estas medidas no son universales, pues los códigos de medición son determinados de forma personal. «La idea es poder ubicar en el terreno la mayor concentración y cruce de napas, por que si se llegan a secar una o dos, las otras que la cruzan siguen abasteciendo el pozo», dice Navarrete, explicando el porqué se utiliza este instrumento que permite una mayor precisión.

Héctor Koller quien habita en la localidad de Licanco a las afueras de Temuco y es conocido como «el alemán, el mejor buscador de agua», a pesar de su origen suizo, reconoce que la mejor época para buscar agua es antes de las lluvias de invierno. «Muy en el invierno no se pueden buscar napas, por que se pueden confundir con caudales subterráneos de aguas lluvias». La misma opinión comparte Juan Navarrete.»La mejor época para detectar napas subterráneas es en marzo y abril«.

Percepciones extrasensoriales

«La persona que detecta agua, tienen como un ‘don’… tiene que ser sensibles para poder captar las pequeñas reacciones eléctricas», confiesa Koller. Así también lo cree Juan Navarrete, pero discrepa en que sea un «don» exclusivo de quienes realizan este trabajo, pues cree que todos pueden gozar de este don y como todas las cosas, se necesita práctica.

El oficio de poder detectar aguas subterráneas se remonta a la época medieval, donde los monjes a través de la meditación podían percibir radiaciones de energías negativas y positivas que desprendían distintos cuerpos. Juan Navarrete, quien aprendió este oficio de un monje franciscano explica que «uno capta energías de bajo voltaje que con los sentidos en estado normal, no somos de capaces de percibir«.

El detectar energías y radiaciones de cuerpos de cualquier naturaleza, tiene su génesis en la técnica radiónica, que maneja la acción a distancia. «El trabajo de detectar napas tiene que ver con la radiestesia, una ciencia que  no es muy conocida«, explica Navarrete. El uso de instrumentos para la detección de cursos de agua subterráneas proviene de la radiestesia que es una parte de la técnica radiónica.

CEREBRO

Nuestro cerebro es capaz de percibir y captar todas las energías provenientes de otros cuerpos, pero esta recepción no es posible con nuestros sentidos básicos sino más bien con el hemisferios cerebral derecho. Si se desarrollara adecuadamente, se agudizarían los sentidos y la capacidad de captar sensaciones extrasensoriales sería mayor. Para una mayor precisión en el arte de la radiestesia se utilizan los instrumentos.

Las varillas pueden detectar un sinfin de cosas. Se han usado exitosamente en la búsqueda de petróleo y minerales, así como en la localización de objetos perdidos y por supuesto en la localización de aguas subterráneas. Los péndulos, en especial los que tienen plomadas con punta en el extremo inferior, son utilizados para hacer mediciones precisas.

(Estas lecciones las dejó la sra. Diederichs para todos los interesados en esta área)